lunes, 28 de febrero de 2011

Standstill (III). Adelante, Bonaparte

(Escrito para Muzikalia. Un disco importantísimo en mi vida por todo lo que rememora en mí).

Adelante, Bonaparte

Buena Suerte

Raúl Del Olmo - 18 de Abril de 2010
En un principio, busqué premeditadamente escapar de tener que realizar esta crítica. El motivo era doble: por un lado, la propia escucha de material nuevo de una banda que uno considera imprescindible crea vértigo. No se puede evitar sentir temor ante la decepción de algo que te toca tan dentro, algo que nunca te ha fallado y te ha ayudado en incontables veces; pasa con todas las cosas y personas en esta vida. Y por otro, tras haber pasado el trance de las escuchas primeras –sólo, sentado a oscuras, setenta y pico minutos mirando fijamente el equipo musical sin más interrupción que la de cambiar de Ep-, la responsabilidad conmigo mismo pasaba por ser capaz de escribir algo a la altura de aquello que había penetrado en mí. Ahora, frente a esta pantalla y a un folio repleto de notas, me veo obligado a decir que me siento orgulloso de hacerlo. El único miedo que me queda, es el de aceptar que algún día ya no me harán derramar lágrimas siempre “Adelante, Bonaparte (I)” y “Cuando ella toca el piano”.

El desarrollo que sigue Adelante, Bonaparte (10), dividido en 3 Eps, alcanza un minutaje que perfectamente habría entrado en un cedé, pero no es en modo alguno gratuito. La estructura se divide en 3 partes bien diferenciadas que permite relatar un recorrido circular perfecto que arranca en el choque que supone la muerte de alguien querido en un ser aún en proceso de construcción, bucea en los recuerdos infantiles de instantáneas desgastadas en sepia; pasando con el segundo episodio al choque ante la dura realidad que convierte sueños y anhelos en decepciones durante la juventud y se cierra en el tercero con la cura del amor –como me dijo alguien, las mierdas compartidas saben a menos- y el fruto vivo consecuencia de ello. En definitiva: Un transitar del Tánatos al Eros para entender a través del último el primero (extraordinario el paralelismo en base a esto que existe en los versos entre el tema que abre la obra y el que la cierra). Ya tienen una comparación lo suficientemente elevada los cuatro de turno que consideran pretencioso el álbum para que me lo consideren a mí y desvíen su atención de algo que no les corresponde.

Vivalaguerra (06)  apostaba por un planteamiento más universal, y Adelante, Bonaparte, desde algo particular, muy personal intenta explicar cosas comunes a cualquier existencia. Y aquí radica uno de sus aciertos mayores. Poder identificarte con tantos lances: yo también he tenido que pasar el trance de besar un corazón que ya no latirá (“Todos de pie”), autoexaminarme para darme cuenta lo miserable que soy (“Cobarde pecador”) o cuestionarme las mismas preguntas para dar sentido a la existencia (“Elefante”). Así, este trabajo se fundamenta en la reflexión que lleva a que el ser humano, tras su desafiante desarrollo tardoadolescente, pase de querer considerarse diferente al resto a mirarse bien en el espejo de sus semejantes y darse cuenta de que todos, para bien o para mal, nos parecemos con nuestras miserias y desengaños, compartiendo las mismas dosis de vinagre. No habría cosa mejor que explicase la evolución ejemplar de la carrera de Standstill y que me permita darme cuenta de la mía propia a su vez.

En el plano musical, algún torpe de cerebro demanda más descargas de electricidad a estas alturas, sin entender cosa alguna del camino emprendido hace años. Ahora por el contrario asoman cortes arriesgados en el primer ep que no cabrían en un álbum al uso como “Hombre araña” o “Cosquillas no (esta niña me gusta)”, cortes que ayudan a rememorar ese mundo de extrañamiento mágico que rodea nuestros pensamientos infantiles. También aflorar bellos arreglos de cuerda y viento, especialmente en el ep tercero, para lograr una expansión sonora y emocional  que demandan los temas (“Elefante”, “Canción sin fin”), suponiendo un paso más en los planteamientos de Standstill.

Cabe señalar que estamos ante el disco en que la impronta de Enric Montefusco es más trascendental, en absoluto de forma invasiva, ya que es ese viaje a las cavernas de sí mismo el que dota de un carácter intransferible y vivo a la obra, pero sí es cierto que el potencial instrumental del resto de miembros se pliega al servicio de la idea con resultados no tan espectaculares como en anteriores ocasiones, pero del todo adecuados cara a lograr el concepto y la transmisión del mismo. En cuanto a las letras, la riqueza y complejidad poética y lírica de algunas figuras de Vivalaguerra (06) o, en menor grado, Standstill (04), dejan paso a unos versos más sencillos y por ello de emoción más directa, sin duda lo más expuesto que han hecho nunca (crepuscularmente bello el ejemplo de “El resplandor”). Digamos que la complejidad que rodea Adelante, Bonaparte en su concepción, se equilibra con resultados más llanos en algunas composiciones (“La hora del acuario”, “Sálveme quien pueda”).

Adelante, Bonaparte es, en definitiva, la plasmación más sutil, sentida, solemne y seria que una obra puede hacer del difícil arte de vivir.

Standstill (II). Directo Joy Eslava, 2007

(Para mi querida Muzikalia escrito originariamente).

Sala Heineken

Madrid

Raúl del Olmo - 07 de Junio de 2007
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Ser seguidor de Standstill se ha convertido en un estilo de vida. Pocas veces podemos afirmar, de verdad, que una banda nos ayuda a vivir. Vivalaguerra supuso una escisión, ya apuntada en su predecesor Standstill, que les transformó de referentes extraordinarios de post-hardcore a referentes inevitables de nuestros conflictos y experiencias cotidianas. El salto ha sido de vértigo y conlleva sentir su lírica en la epidermis misma. Qué les digo del miedo que existía en mí por que, a quemarropa, sus composiciones recientes se difuminaran. Nada más lejos de la realidad.

El repertorio giró en torno a sus dos últimos trabajos -¿de veras alguien a estas alturas pedía otra cosa?- y sonó valiente y poderoso gracias a una acústica nítida, riqueza de matices –ese teclado/guitarra de apoyo fue fundamental-, un Enric pletórico en el plano vocal, y lo más importante: una presencia escénica rotunda, a años luz de las inseguridades filtradas antaño.

El inicio sorprendió por su intensidad: “Poema nº 3”, “Yo soy el presidente de la escalera”, “¿Por qué me llamas a estas horas?”, “G.M.”, “Por todas las cosas”…noquearon con su maquinaria rítmica metrónoma. Qué hablar de lo que supone escuchar a escasos diez metros las letras de “Noticias del frente”, “La risa funesta” o “Víctor San Juan”: escalofríos.

Antes del bis, un encadenado hizo aflorar lágrimas: “1, 2, 3, sol” –emocionante comunión con el público- y el tiro de gracia con “Feliz en tu día” –aún más doliente que en estudio-. La vuelta al escenario supuso un guiño al pasado: “Let them burn” (versión The Latest Kiss), “Not the place” y “Always late”, que no rechinaron con respecto a todo lo anterior, precedieron a la magia de “Cuando”, dejándonos en la encrucijada entre la esperanza, la resignación y la añoranza.

Más vale que les mimemos, no estoy tan seguro de que nos les merezcamos tanto.

Standstill (I)

(Recupero a continuación, como homenaje a una de mis bandas fundamentales, una serie de escritos míos recopilados por la red. Esta es una vieja crítica realizada para Freek Magazine allá por el año 2004 de su disco homónimo).


STANDSTILL > “STANDSTILL” (BCORE, 2004)

Fecha: 1 de June de 2004 / Autor: Raúl del Olmo


Coherencia: la clave para entender la evolución de una de las bandas más inquieta y creativa de la escena nacional. Ni uno solo de sus pasos lo ha marcado el conformismo o la duda ante la posibilidad de aportar un discurso que siempre gana en matices y esboza nuevos caminos. Demostraron que el hardcore es más que rabia unidireccional producto de la frustración con la complejidad lírica y musical que atesoraba el inabarcable "Memories Collector". Ahora la decisión era más arriesgada: mudar del inglés al castellano sin perder las señas de identidad. El resultado no desmerece nada la carrera ejemplar de los catalanes. No se dejen influir por las lenguas viperinas que ven en ello una maniobra para abrirse al mercado: nada más lejos de la realidad, la decisión surge de la necesidad expresiva del compositor, aunque ello suponga un salto al vacío traducido en un disco difícil que requiere -y merece- un considerable número de escuchas. Por si fuera poco, Standstill siguen creciendo como músicos ofreciendo unas bases rítmicas ejemplares, verdadero baluarte de este trabajo: escuchen "La Vieja Gibellina", "G.M." o "Un Gran Final". Una obra de tonalidades grises, desangelada, cruda y difuminada, reflejo de la resignación frente al desencanto de una vida que sólo nos regala ausencias.

The Road

 


Montaraz post-apocalíptico



El género post-apocalíptico tiene una serie de referentes con un empaque indiscutible y que hace complicado aportar elementos o historias atractivas en toda categoría artística. Ahí tenemos los Mad Max del ínclito Mel Gibson, su réplica nipona en el manga-anime de El Puño de La Estrella del Norte o novelas de lectura obligada como Soy leyenda de Richard Matheson -por favor no rememoren el film cuando lean esto-.

The road (La carretera), la novela de Cormac McCarthy, se ha convertido en un “must” de estos últimos años para los amantes del género y era muy esperada su adaptación al mundo del celuloide. Y podemos respirar tranquilos, a pesar de los lugares comunes en los que todos podíamos pensar.
La historia, lejos de centrarse en los postulados y tics propios como la estética ciberpunk o los engendros mecánicos que pueblan un mundo desvastado, huye de lo superfluo para narrar un cuento que es existencialismo puro, de una humanidad palpable a toda vista, como si leyésemos a Camus en las postrimerías del fin del mundo.





El punto de partida, la supervivencia de un padre (Viggo Mortensen, tan inmenso como acostumbra) y su hijo (Kodi Smit-McPhee, gratísima sorpresa) a través de un viaje hacia la costa este norteamericana tras un inexplicable cataclismo, es la excusa para ahondar en una película que es mucho más. De hecho, inteligentemente, pasa de largo sobre los motivos que producen dicha catástrofe. Por el contrario muestra el dilema de cómo educar a alguien, de cómo poder transmitirle y mantener unos valores en un contexto social inexistente, cuando cualquier postulado o referente social previo ha sido erradicado del mapa en una situación límite en la que no cabe el juicio ético personal.

De un vitalismo atroz y descarnado, por mucho que pudiese parecer lo contrario, el film exuda esperanza. Una esperanza que, como toda aquella que se precie, sólo puede existir en una situación de desesperanza, en la que tiene hambre por perdurar, pese a estar al filo de la navaja, el superviviente nato.

Unas interpretaciones que rayan a un nivel extraordinario, mención especial también para Charlize Theron en el papel de esposa del protagonista y la aparición atómica de Robert Duvall, ayudan a que la narración y su poesía crespuscular musicada extraordinariamente por Nick Cave y Warren Ellis, alcancen una lírica visual que conmociona como hacía tiempo no lo lograba una propuesta de estas características, y si me apuran como nunca se hubiera hecho.


 

El conflicto personal contado a través de certeros flashback en la relación afectiva Mortensen-Theron alcanza las cotas mayores de combustión emocional del metraje. El paralelismo que se construye a través de la supervivencia física y la supervivencia conyugal en una situación límite aporta un enfoque distinto y más profundo a los planteamientos previos del género, mucho más en la corteza de las cosas.

La nostalgia también aflora en muchas escenas, si bien es cierto que en algunas que parten del desastre presente para evocar el pasado, como la del encuentro del piano o la del puente, pecan de remarcarla y reiterarla más de la cuenta evitando una sutilidad que quizá se reclame más puntualmente.

Si bien existe un viaje real con un supuesto destino, la metáfora de ese camino va mucho más allá, es el camino hacia la esencia del ser, de lo que queda de la persona en su plano más animal, más instintivo, muy en la forma de Hacia Rutas Salvajes, si bien en un contexto radicalmente distinto.

Los puntuales encuentros entre personas, demuestran a las claras la máxima de cómo el hombre es un lobo para el hombre ante un escenario fatídico, en una dualidad moral entre el bien y el mal igualmente certera, sin maniqueísmo alguno. Supurantes de humanidad pese a todo, rememoran el rico intercambio metafísico de Una Historia Verdadera.

A estas alturas y haciendo balance en mi maltrecho transitar, no me cabe más que mutar de género al film y hablar de road movie trascendentalista. Y bueno, aconsejar que los cuatro frikis cejijuntos de decodificación fílmica más cercana al monstruo que al ser humano huyan de ella y dejen paso, como diría nuestro héroe, a los que llevan el fuego.


lunes, 21 de febrero de 2011

Teletienda virtual: Haz amigos fácilmente

(De cuando no existían aún redes sociales; si no, el curso hubiera quebrado).

El nuevo curso a distancia "Superficial Friends" te permite, a través de diez cómodos y sencillos temas de conversación, relacionarte en los distintos ámbitos de tu vida cotidiana (trabajo, gimnasio, salida del colegio, reuniones de vecinos, cenas de familia...) de manera superficial y sin adquirir ningún tipo de implicación con tus interlocutores. Tranquil@, nunca te pedirán contar contigo ni tenerte a su lado en los momentos bajos, pensarán que eres profundamente vacío y te librarás de estar ahí, en los instantes donde las palabras callan y hablan los gestos.
No esperes más y hazte con este sencillo temario:
1. Habla del tiempo (llueva, haga frío o brille el sol, todo el año garantizado en conversaciones).
2. Habla de los hijos (si no los tuvieras, habla de posibles embarazos bien tuyo o de alguien de tu entorno cercano)
3.Habla del trabajo (bien por estar quemado, por un ascenso, por ser un rollo...)
4. Habla del peso corporal (da más juego cuando ves a alguien y le dices que está más delgado, al sentirse halagado te dirá que él también te ve muy bien a tí y ya tendrás garantizados al menos cinco minutos de conversación).
5. Habla de platos preferidos u odiados. (muy útil, además si lo haces poco antes de la hora de comer, la gente no parará de rajar y facilitará que llegue el instante en que, finalmente, puedas irte a comer tranquilamente).
6. Habla de deporte. (lógicamente el fútbol y la fórmula 1 serán los que más cancha te den. Abstenerse forofos de la pelota vasca o piragüismo).
7. Habla de programas de televisión. (no olvides estar a la última y mira sólo en la televisión los programas de máxima audiencia para estar con todos en los temas de TV, ni se te ocurra ver Cine Club a las dos de la madrugada o documentales históricos).
8. Habla de coches. (fenomenal. Todo el mundo quiere siempre cambiar de coche, e incluso si no tienes coche puedes meterte en harina diciendo que te vas a sacar el carnet y seguro que pepito o menganita acaban hablándote de que el amigo de la novia de su primo se lo sacó a la primera el práctico o que la tía del hermano de su jefe se confundió en tal rotonda y le tiraron).
9. Habla de catálogo de móviles. (No olvides pasarte por todas las tiendas de telefonía móvil a coger folletos, estar al loro de los puntos que cuesta el último modelo de cada marca y toda la gama de colores de las carcasas).
10. Habla de las vacaciones. (el mejor, da igual que no te vayas, da igual que ya te hayas ido, sólo ten en cuenta que tienes que elegir destinos epatantes: el caribe, Benidorm, el exotismo oriental o la casa rural más Heidi posible. Si ya es de novios el viaje, tienes asegurado un mes de conversaciones).
¿A qué estás esperando? ¿quién quiere hablar de cómo se siente internamente o qué piensa sobre el mundo si tiene todas estas salidas?

Nausicaä del Valle del Viento. El genio de Miyazaki.

Con motivo de la suculenta futura edición del DVD de Nausicaä del Valle del Viento, por fin su versión íntegra en castellano con suculentos extras (espero que no hayan sufrido el visionado de ese recortado de 30 minutos aborrecible en su primitiva distribución europea bajo el título de Guerreros del Viento), se pasará previamente por cines a partir del 7 de mayo.
Desafortunadamente, el doblaje para 35 mm. no ha existido, pero aún así, poder disfrutar en pantalla grande de las excelencias de Nausicaä, merece la pena.

Como muchos sabréis, Nausicaä del Valle del Viento originariamente es un manga de Hayao Miyazaki en el que trabajó concienzudamente durante más de diez años. Poco afín a acercarse a este formato, huelga decir la importancia y cuidado capital que puso en él.

Por supuesto decidió llevarlo a la animación en 1.984, lo que supuso su primer trabajo para el afamadísimo estudio Ghibli. Sin llegar a captar todo el riquísimo entramado metafísico de la obra primigenia, no tengo duda alguna en que se trata de la cima absoluta de Miyazaki también para el anime.



 
El argumento nos sitúa en un futuro post-apocalíptico donde la Tierra ha sido arrasada durante los Siete Días de Fuego, una consecuencia autodestructiva a los abusos y excesos del ser humano por maltratar la naturaleza a causa de su auge expansionista al creerse rey absoluto del universo. Los pocos recursos naturales que existen están en litigio entre distintos reinos que luchan por la hegemonía, en un planeta cubierto por un extenso y creciente bosque venenoso: el Fukai.
La influencia de este film es notoria. Supone el germen e inspiración básica de la también sobresaliente La Princesa Mononoke y hasta de superproducciones recientes como Avatar que han tomado nota de ella (las cualidades sanadoras de los Ohmu parecen haber llegado a Pandora.)


 
</>El maestro Miyazaki muestra en esta obra las que serán constantes a lo largo de su excelsa andadura hasta nuestros días.
En primer lugar, la preocupación ecológica y la relación del individuo con el medio en que vive; una concienciación de vuelta a la esencia de la vida, de rechazo hacia el monstruo tecnológico e industrial que es la sociedad moderna. La maravillosa escena donde Nausicaä conoce a Teto, la ardilla-zorro que ya nunca le abandonará, explica de la forma más sutil y hermosa el funcionamiento perfecto de la Naturaleza, la simbiosis necesaria entre ésta y la humanidad, que permite un entendimiento a primera vista imposible.
En segundo término, la importancia del personaje femenino. Nausicaä es una más de las heroínas que tendrán que analizar y comprender, a pesar del dolor que eso suponga, el entorno en que viven para dar con la solución adecuada para salvar el mundo, SU mundo. Es esa autoindagación existencialista uno de los ejercicios más plenos y purificantes que consigue el cine del nipón.
El espectador consigue salir ligero, liviano, asimilando el desastre en que se hunde el cosmos (o microcosmos, dependiendo de la cinta) pero con la esperanza de que cambiarlo es posible; y es la mujer según su prisma, el ser que tiene más capacidad para hacerlo (que pregunten si no en Pejite).


 
Por último, la sabiduría imperecedera albergada en la ancianidad. La matriarca por un lado, y el Maestro Yupa por otro, ejemplifican a la perfección el respeto y la admiración que en Oriente rinden hacia las personas mayores: mientras que en occidente se las recluye, desprecia y olvida, en el pensamiento oriental interactuar con una persona de la tercera edad es motivo de exaltación y júbilo.
Son sus palabras y acciones las que proporcionan la enseñanza y la firmeza en los momentos delicados.
Todo este entramado de nada serviría si los aspectos formales no funcionaran, y vaya sí lo hacen: un fabuloso dibujo y una emocionante banda sonora son el vehículo fundamental para que Nausicaä del Valle del Viento se convierta en una obra maestra sensible, inflamada, solemne y certeramente cruda.

domingo, 20 de febrero de 2011

We Once Whised (Ainara LeGardon)

El próximo día 22 se pone a la venta el nuevo disco de Ainara LeGardon en las tiendas. Dejo aquí la copia de la promo que tuve la suerte de poder hacer para ella. Como siempre, las vísceras al aire. Le deseo toda la suerte.

We once wished es el disco que siempre había deseado hacer Ainara LeGardon. Quizá ni siquiera lo sabía, pero estaba latiendo en sus profundidades. Veinte años se cumplen desde la primera vez que subió a un escenario y ese camino emprendido desde entonces ha derivado en su obra más indispensable y reactiva.

Es ahora justo, al fichar por Aloud Music, cuando la urgencia se apodera de su discurso y la electricidad desaforada hace presa en su propuesta. Todo ello sin perder ni una sola de sus señas de identidad: el susurro palpitante, la tensión continua y un espartano montante que siempre termina sumando mucho más que miles de ejercicios que son carcasa hueca.

Son de nuevo las manos de Paco Jiménez las encargadas de perfilar el sonido desde una producción que se ajusta a las necesidades de cada composición, agreste y pulida a un tiempo. Y Ainara es la máxima artífice de la imaginería de un disco que habla de deseos fútiles, del Carpe Diem más solícito y de expurgar demonios a través de la búsqueda sedienta de vivencias que dejan cicatriz.

Ella misma, aparte de volver a sangrar a la guitarra y a las voces, graba la mayoría de los profundos bajos para la ocasión, dotando de una extraordinaria firmeza y cohesión el resultado final. No se puede pasar por alto el fichaje en su siempre escueto, pero diligente, escuadrón la ayuda inestimable de Héctor Bardisa (The Grave Yacht Club) a la batería, aportando una pegada que solicitaba el conjunto de canciones. Cabe mencionar también la heterogénea lista de colaboraciones: Rubén Martínez de Tokyo Sex Destruction, Hannot Mintegia de Audience y el neoyorkino Jason Victor, miembro acompañante de Steve Wynn con sus Miracle 3 y de Willard Grant Conspiracy.

El referente sigue siendo ella misma, y es el rasposo sonido, justo ahora que se dignifica la música inocua y sosegadamente lacia, el protagonista indiscutible. Con un posicionamiento contemporáneo y la vista reivindicando la trascendencia musculada de los noventa, We once wished es una construcción brillante a la par que valiente y rotunda.
Por Raúl del Olmo.


prometo no volver a llamar al disco once i whised...

Aquí dejo su perturbador nuevo vídeo, Thirsty:

Madelman

Estos días vengo recordando los varoniles madelman con los que jugaba mi hermano en su infancia. Robustos, de mirada cetrina, musculados, siempre dispuestos a realizar su heroico cometido como soldados, como bomberos, como cazadores, como pilotos, como buzos... Trepidante metáfora del super-hombre infalible, cero defectos, siempre diligente y eficiente en su tarea.
El otro día, de mudanza, encontré en casa de mis padres por casualidad uno de estos muñecos en comprometida pose: desprovisto de todo ropaje identificativo y flexionado en una postura imposible -tan grotesca como la del albatros del poema de Baudelaire-, el amasijo desprovisto de identidad yacía mudo de contenido. Me sorprendió aún más su principal carencia: no tenía pene. Un muñeco apolíneo, terso, de marmóleo mentón, donde la entrepierna había dibujado un vacío sólido.
La evolución del macho es un hecho de plástico.

bebé-jarrón

(Memorias del cheque- bebé). 2007

Te propongo un consejo que ya me dio alguien hace tiempo: "Ten un hijo". Y no, no es por la realización personal, alcanzar una meta o salvar una relación que hace aguas. Es mucho más sencillo que todo eso, es para mejorar tus relaciones sociales.
¿No has deparado en el componente de interacción comunicativa que supone? ¿Que tienes que aguantar por compromiso reuniones familiares donde el paripé, la falta de comunicación y el desarraigo ha erradicado toda palabra? Pues nada, te traes al bisoño con cara de asustado y toda la gente hablará sobre él; no hará falta iniciar ninguna conversación, cada cual exclamará afirmaciones dirigidas a nadie como "Qué lindo", "mira que cara de travieso", "cómo se parece a su madre" o se oirán risitas o sonidos traqueales que en otro lugar parecerían dueños de alguien con disminución psíquica. Fenomenal, las horas pasarán mucho más rápido y la sensación de vacío se hará más llevadera. Otro tanto si quieres ser reina o rey por un día en tu trabajo. ¿Que las relaciones con los compañeros son superficiales, monótonas o de navajazo psicológico limpio constante? No te preocupes, llega con tu recién nacido y nadie te odiará por unos minutos, todos se reunirán alrededor, con más cohesión que si hubiese que hacer una reivindicación laboral, hasta tu jefe, que no te dirige ni un "Buenos días", se acercará y sonreirá durante diez segundos preguntando "¿es tu hij@?" como diciendo, "que sepas que su boca pasa por mis albaranes".
Y, bueno, esto lo podemos aplicar a cualquier otro entorno: recuperar amistades perdidas en el tiempo para una tarde de visita de domingo que sustituya Ikea por neonato, acercarte más al vecino o vecina del cuarto que ya tiene uno y así poder ir juntos al parque evitando la soledad de la urbe, lograr conversaciones de potitos a la hora del café con gente que ignora 50,000 niños -sin el patrocinio de Nestle- muertos en un bombardeo en Líbano, etc.
Y encima te dan 2.500 euros de propina, ¿qué más quieres?

In(pactos) de la Moncloa

Rememoremos la magdalena histórica proustiana.
2011: Precariedad laboral, por no hablar de la vital que sería meternos en ignotas elucubraciones. Se me viene a la mente ahora la capitulación bajo cuerda de las reivindicaciones sindicales y obreras con los Pactos de la Moncloa nacidos al amparo de la democracia española que hacían claudicar los intereses sociales y económicos de la clase trabajadora en pos de los beneficios industriales y empresariales de las compañías. Y ni siquiera los autores que han firmado crónicas del movimiento obrero nacional han tenido el coraje o la posibilidad de evitar la (¿auto?)censura para constatar el hecho de manera clara; han jugado al retruécano indicando que los trabajadores y sindicatos que les representan tuvieron "el gesto" de aminorar sus peticiones y derechos potenciales de cara a conseguir el avance del país en materia económico-tecnológico-industrial. Un "desarrollismo" basado pues en la mejora parcial y dirigida de la realidad obrera tras los muchos años sufridos de acoso con el franquismo, Derecho a huelga sí, a sindicarse sí, pero con unas metas que tenían -y tienen- las alas cortadas de nacimiento. Eso es la antesala del avance de hoy potenciado por esa demoledora globalización que destruye identidad, conciencia y compromiso en pos de esa amorfa mole creada por el monosistema mundial actual.
Como decía Julius Fucik en su Reportaje al pie de la horca: "no olvidéis". No debe olvidarse nunca la posición y posibilidades que ocupamos en un determinado momento, la realidad que fue claudicar en lo social por el interés de la "politeia" española donde todos los partidos bajaron el volumen a las reivindicaciones obreras hipotecando no sólo su presente, sino su futuro, un futuro que ahora nos rasca la barriga.

Después de la cuchilla

El suicidio es el gran desconocido, voluntario siempre, deseado, buscado, evitado, cobarde, valiente, narcisista y mudo.
Quiero hablar con los suicidados e ignorar a los muertos de muerte.
¿Qué se piensa justo en el momento después de intentar suicidarse?
¿Qué pasa por la cabeza tras abrirse las venas y ver fluir rojo mientras se espera la muerte?
¿Se arrepiente uno del muriendo?
Valiente mirada a la meta.

Protagonista medio

Vivimos en la histeria colectiva de las series de TV. ¿Quién no ha tenido su conversación laboral acerca de la última temporada de alguna o el e-mule echando humo descargando episodios aún ni siquiera retransmitidos por televisión?
Todos, hasta el freak que se había negado a volver a ver una serie en TV desde la sacro-santa Twin Peaks, ha sucumbido y ha terminado siguiendo alguna. Pues bien, si nos adentramos mínimamente en la trama, asuntos o inquietudes de sus personajes, llegamos a la conclusión de que la mayoría de los problemas giran en torno a asuntos afectivos, misterios paranormales o giros de guión entre el absurdo y el humor cotidiano. Hasta ahí pudiese parecer que todo es normal, que es "guay", que tiene a cerebritos guionistas teniendo colgada a la sociedad de los "menosdemileuristas" noche tras noche, pero... ¿es esa la verdadera cara del mundo? ¿refleja un tipo de realidad o solo la "realidad de un estrato social determinado donde no existe identificación posible socio-económica y sólo estético-cultureta? Sí, es la realidad de una clase media acomodada con un estatus consolidado, con dinero suficiente y trabajo estable como para cambiar de piso en cuanto se separan de su rollito de temporada, viajar a otros países, comprar mascotas, ir en avión, hacer cenas cada dos por tres con los amigotes solterones, estrenar flamante coche...donde, si por casualidad, aparece un indigente no dejaría de llevar afeitado y abrigo de diseño y hasta se ligaría a la prota ejecutiva de vuelta de todo... y mientras ellos y ellas se rasgarán las vestiduras -o las venas llegado el valle en la curva de audiencias-preocupados en un sinvivir por ¡oh, tragedia! ese dolor tan egoísta de alcoba porque fulanito o menganita les ha dejado por cuernitis o por dejar de tomar la medicación que les encargó un especialista privado de "a 1000 euros la consulta". Y nos dará penita y sus vidas nos parecerán "cool" y no nos estaremos dando cuenta de que ese "estilo de vida" se introduce por nuestras antenas, sobrevuela las patentes de los grandes almacenes con hilo musical domesticado y se aloja, finalmente, en el plato precocinado que ingerimos delante del "elemento de masificación reunida" frente a las 625 líneas cada noche.

El eterno Empate

(Escrito en 2007)

El otro día leía unas declaraciones del líder de la banda Block Party en las que afirmaba que la gran dosis de agresividad y rabia que había en su nuevo disco respondían a la situación de Status Quo en la que vivimos en occidente donde no se puede cambiar nada, es decir, se tiene consciencia y conciencia de los problemas, los expresamos, pero no hay solución posible a ellos.
Bien, lejos de parecer miembro del colectivo "perroflauta-progre-hippy", tengo que decir que estar afirmaciones no hacen más que fomentar la metástasis anegante que sufre el sistema socioeconómico. No ayuda a nada, pero beneficia a algunos (esa manonegra que mueve engranajes).
A ver, hombre de dios, ¿cómo se puede tener la poca vergüenza de decir eso y estar vendiendo tropecientos discos y llenar una sala para un concierto esa misma noche? Es decir, que la rabia y la frustración generada por la xenofobia, la pobreza, la incomunicación entre individuos de la sociedad de las comunicaciones y la desrrealización personal de tus canciones está ahí como elemento catárquico estéril, vamos, para hacer caja con las ventas y el marketing, que todos los chavales griten las consignas de esos testimonios y que luego se queden de brazos cruzados y no muevan un dedo, ni siquiera hablen de ello, escriban, se movilicen o algo parecido para intentar aportar esa micra que mejore levemente el mundo aunque sea "SU mundo", desde el punto de vista más colectivo posible que puede tener el determinante "su" en este contexto. No, es mejor que hablen del modelo de camiseta que se comprarán tras acabar el show o del costo que llevan para fumarse en el concierto si es de calidad o no. Maldito "arte por el arte". Otro engañife, una coartada pseudocomprometida que es marchamo mercantilista.
Desde luego que prefiero a los luminarios que conscientes de su papel limitado; al menos proclaman con el ejemplo, no sólo con el verbo, aquello de que "otro mundo es posible".

Brillo Durmiente

Ella, nacida entre tacones y trenzados.
Ella, educada en el silencioso ancla arcaico.
Ella, arrancada de la extrañeza tachada a ciegas.
Ella, larva silenciosa, tímido testigo del devenir de raíz mundana.
Ella, renuncia a la expansión en pos de la subsistencia.
Ella, experiencia desollada y desoída.
Ella, de bruces hacia un mundo mutante de repente.
Ella, penetración al manicomio regentado por el Dragón Multicolor.
Ella, río de risa y lágrima envuelta en las llamas del Saurio.
Ella, ahogada en brillo redentor que eleva al más allá.
Ella, incapaz de notar la belleza incrustada adentro.
Ella, amante del fulgor.
Ella, zozobra de mente anhelante de bombeo sanguíneo.
Ella, deseo de palabras encantadoras de serpientes.
Ella, esputo al gris diario.
Ella, la mirada hacia la guerra.